Para comprender a los demás, es necesario comprenderte a ti mismo.
La empatía es la capacidad de conectar y comprender al otro, de ponerse en su lugar.
La compasión también incluye esto, sin embargo implica aceptación y un profundo respeto por ayudar al otro a que esté libre de sufrimiento.
Estos sentimientos nos unifican y transforman.
Si queremos desarrollar esta manera de comunicanos, debemos ir más allá de las palabras: entender qué siente el otro y qué está necesitando, desde lo que pretende expresarnos.
Al empatizar con los sentimientos o emociones, seremos más asertivos y lograremos mantener un vínculo saludable de comunicación.
Ayudamos realmente a alguien, cuando nuestra actitud está enfocada en estar presentes, escuchamos (sin nuestra historia personal u opinión) y le prestamos atención.
Estar dispuestos a escuchar no solo supone activar los oídos, sino estar disponibles para esa persona.
Activamos la escucha con todo el cuerpo: su mirada, el lenguaje de su cuerpo, la manera de respirar…
Relacionarnos con el corazón y desde el corazón es uno de nuestros mejores y verdaderos instrumentos, a la hora de compartir, acompañar o ayudar en todo proceso de sanación.
-Jose A. Manchado