La gratitud es una actitud que adoptamos.
Nace de la conciencia de lo que somos, damos y recibimos.
Solo al reconocer la generosidad y el amor que hay en todo cuanto realmente estamos recibiendo a diario, podemos comprender la importancia de practicar el agradecimiento.
Lo común al principio suele ser ejercitarlo desde la mente, practicarlo, aunque muchas veces no lleguemos a sentirlo.
Pero si estimulamos este sentimiento cotidianamente, llegaremos a reconocerlo como parte esencial de nosotros, siendo así como lo habremos integrado.
Para entender mejor su significado, es importante distinguir que no es lo mismo dar las gracias por algo en concreto, a veces por educación, que sentir gratitud hacia lo que nos rodea o experimentamos.
Al encontrarnos agradecidos, sentimos que: salimos del modo queja, experimentamos actos de mayor lucidez, nuestra vibración de salud se eleva, cambia (es potencialmente beneficioso, ya que nuestra condición de vida mejora), permanecemos en contacto con nuestra esencia, creamos más cercanía con los demás, ofrecemos lo mejor de nosotros, y nos sentimos expandidos y confiados.
El único propósito y valor del agradecimiento, es el agradecimiento en sí.
Sentirnos agradecidos, para vivir más plenamente.
-Jose A. Manchado