El perdón es un acto de amor que nos libera del pasado y de toda experiencia de sufrimiento.
Es el camino de la sanación. A través de esta decisión interna, recuperamos la paz mental y el estado natural de inocencia.
Transformamos los sentimientos que nos deterioran y envenenan, en sentimientos sanos que reparan nuestro corazón y cicatrizan las heridas.
En la ausencia de perdón, hablamos de sentimientos como: el rencor, la rabia, la culpa o la vergüenza.
Si una situación o persona nos genera alguno de estos conflictos, debemos entender que en realidad están ocurriendo en nuestra mente.
Por tanto, producirán efectos nocivos en nuestro cuerpo.
Para empezar con el proceso de liberación y cambio, es necesario reconocer aquello que no se ha perdonado y dar un paso más allá, practicando la comprensión.
No consiste en aprobar la situación o el comportamiento de la otra persona, sino en tener la voluntad de soltar nuestra manera de experimentarlo y que deje de afectarnos.
Por otro lado, tampoco proviene de relacionarnos directamente con el otro, sino a través del corazón.
Perdonar y perdonarte es el mejor regalo que te haces a ti mismo. Al corregir tu percepción, sanas tu realidad.
– Jose A. Manchado